Ahora que empezaba a saborear el regustillo a salado que me dejan las lágrimas, ahora que ya me complacía el sabor y conocía el origen que provocaba mi llanto... resulta que, ahora, no es momento de llorar. Así que me he puesto a buscar el sentido de mi realidad sumergida en una ficción absurda creyendo estar dormida, pero he descubierto que lo soñado no deriva de lo deseado, ni de lo recordado y que todo lo que me rodea, lo pensado, lo vivido, lo que soy... es algo irreal, está condicionado.
Así que, lamentablemente, ahora me toca saborear lágrimas pero, en este caso, las lágrimas son más amargas que de costumbre... y aún así, me las trago.
1 comentario:
Me encanta este cuadro!! Quiero mas... ��
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