A veces vivimos extrañas situaciones. De repente te encuentras en un lugar insólito que nos transmite sensaciones muy intensas, capaces de rozar los límites... como si algo se deslizase por un hilo interior y llegase a tocar los extremos de las emociones.
Y a ese lugar fui a parar. Era consciente de que me convertiría en una víctima de mi propia fantasía y voluntariamente asumí esta condición. Ahora, quiero apropiarme de todas esas sensaciones... pueden dibujarme una pícara sonrisa, pueden llegar a ser inquietantes, pueden dejarme indiferente, pueden producirme ternura, pueden ser muy emotivas... incluso, pueden llegar a convertirse en adictivas.
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